InicioSalud y bienestarDiabetes en personas mayores: síntomas y cuidados

Síntomas

Los signos de la aparición de esta enfermedad son, en muchos casos, ignorados por el paciente al confundirse generalmente con los síntomas propios de la edad. Esta confusión provoca un mal diagnóstico y, en consecuencia, un mal tratamiento que puede derivar en problemas de salud al no detectar la diabetes a tiempo.

Si tienes estos síntomas de diabetes, consulta con tu médico para que este evalúe la situación:

  • Cansancio
  • Pérdida brusca de peso sin motivo aparente
  • Sed
  • Hambre
  • Necesidad continua de orinar
  • Infección fúngica en la piel
  • Visión borrosa
  • Hormigueo o entumecimiento de pies y manos

Los altos niveles de azúcar en sangre caracterizan a la diabetes en personas mayores 

Consecuencias

El hecho de que a menudo estos signos puedan ser interpretados como parte del envejecimiento, hace que la diabetes tarde en detectarse y esto puede provocar un problema de salud importante.

Los altos niveles de glucosa en sangre pueden desencadenar diferentes errores del organismo, especialmente aquellos relacionados con el corazón, los riñones y las arterias. Además, una detección tardía aumenta las probabilidades de sufrir pérdida de visión, problemas renales, infarto o la amputación de los miembros inferiores.

Claves para controlar la diabetes en personas mayores

La diabetes en personas mayores afecta negativamente a su calidad de vida y salud. Una detección precoz es imprescindible, pero, en caso de que una persona haya sido ya diagnosticada como diabética, debemos tomar una serie de precauciones. Y aunque cada caso y persona es diferente y por eso es aconsejable seguir un plan personalizado, existen algunas pautas básicas para controlar la diabetes en personas mayores:

  • Controlar la dieta: La obesidad es una de las causas de la diabetes tipo 2 y puede también producir complicaciones en la salud cardiovascular del paciente. Evitar las grasas y seguir la dieta impuesta por los profesionales sanitarios será vital para evitar engordar.
  • Realizar ejercicio regularmente: La actividad física ayuda a nuestro cuerpo a metabolizar la glucosa, siendo este beneficioso para controlar la diabetes. Si no estás acostumbrado a moverte, basta con dar un paseo o andar en bicicleta.
  • Revisar la vista de forma periódica: La maculopatía y las cataratas son dos problemas de salud a menudo ligados con la diabetes. Realizar controles rutinarios al menos una vez al año va a permitirnos detectar cualquier posible anomalía.
  • Cuidar los pies: Es importante revisar los pies a diarios y, en caso de detectar zonas enrojecidas, cortes o llagas, llamar al médico. 
  • Realizar un examen de los riñones al año: Los riñones son unos de los órganos más dañados. Una revisión de sangre y orina permitirá detectar si existe algún problema.
  • Eliminar el tabaco: El tabaquismo además de ser un factor de riesgo para la aparición de la diabetes tipo 2, aumenta el riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares y dificulta también el control de los niveles de glucosa. 

Consejos

Las personas diabéticas precisan de un control diario y una serie de cuidados especiales para evitar problemas de salud relacionados con la enfermedad. Por eso es importante tener en cuenta los siguientes consejos de cara a un mejor seguimiento de esta patología:

  • Conocer a fondo todo sobre la diabetes. No solo por parte del paciente sino también de su entorno más cercano para poder ayudarle en caso de que se produzca alguna emergencia. 
  • Preparar una guía con la que tanto pacientes como otras personas puedan actuar adecuadamente ante una emergencia. 
  • Seguir las indicaciones médicas y mantener un contacto periódico con el personal sanitario
  •  Monitorizar de forma regular la glucosa en sangre 
  • Realizar una revisión diaria de los pies y utilizar calzado cómodo para evitar problemas
  • Seguir una dieta saludable, baja en azúcares y grasas saturadas y rica en frutas, verduras y legumbres
  • Tratar de perder peso para evitar problemas graves de salud
  • Realizar ejercicio físico
  • Dejar de fumar y evitar el alcohol
  • Revisar nuestra piel con frecuencia ante la posible aparición de úlceras
  • Tomar el medicamento en la cantidad y el horario asignado por el médico. Podemos para ello valernos de apps o alarmas que nos recuerden la aplicación del tratamiento