Doctora Katherine Barría / Dermatóloga / Clínica Alemana
El próximo inicio de la temporada de alta radiación solar implica un llamado general hacia un mayor cuidado de la piel que tiene una especial importancia en los adultos mayores. Al daño acumulado por la exposición a la luz ultravioleta desde la infancia, se suma el progresivo adelgazamiento de las capas cutáneas y la tendencia a la resequedad, lo cual hace que las personas de la tercera edad sean más propensas a la irritación.
Todas estas condiciones facilitan la aparición de manchas (léntigos solares) en las zonas más expuestas del cuerpo, por lo cual se recomiendan controles periódicos para prevenir a tiempo cualquier forma de cáncer cutáneo. Asimismo, la piel seca propicia los eccemas xeróticos, el prurito y la dermatitis de contacto irritativa, detalla la especialista.
“Ante la presencia de señales como manchas, lunares nuevos, tumores o lesiones de repentina aparición, así como zonas rojas o irritadas, se debe visitar a un dermatólogo y evitar tratamientos caseros no recomendados por un especialista, ya que eso podría agravar el problema”, aconseja la Dra. Barría.
Pautas de higiene
Como primer paso, se aconseja retirar la suciedad con toallas suaves de algodón. Y en el lavado de la piel, preferir jabones de ph suave o lociones de limpieza, en poca cantidad. También optar por duchas cortas para no aumentar la resequedad del cutis.
Manejo de la piel
No frotar la dermis en exceso usando exfoliantes, guantes o cepillos. Tampoco se deben aplicar los perfumes directamente sobre la piel, ya que contribuyen a secarla.
Hidratación permanente
Aplicar humectantes a diario en la piel, incluso dos veces al día si es necesario. También se debe desechar el talco, así como los detergentes o suavizantes de ropa más intensos.
Bloqueadores solares
En función del tiempo de exposición solar, se recomienda aplicar protector tres veces al día. Y dado que las mujeres suelen tener la piel más seca, optar por productos de mayor cremosidad.
Uso adecuado de la ropa
En esta época de alta variación en las temperaturas, hay que evitar abrigarse en exceso usando varias capas de ropa sin la debida precaución, por cuanto la transpiración puede provocar hongos o irritación.