La cerámica negra con que se fábrica en los poblados de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, cuya materia prima está en peligro de desaparecer por la explotación forestal, fue incluida este martes en la lista de Salvaguardia Urgente de la Unesco.
Con esta inscripción se reconoce a nivel mundial a todas las generaciones de mujeres que han transmitido su saber y que han permitido que esta valiosa alfarería de Ñuble haya permanecido presente en la historia de Chile por más de 200 años. Junto con ello, se expresa el compromiso irrestricto del Estado por implementar las acciones necesarias para respaldar la labor de las comunidades en pos de la salvaguardia de la Alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca.
Para Unesco, el patrimonio cultural inmaterial, o "patrimonio vivo", es una herencia "de nuestros antepasados" que comprende tradiciones orales, rituales, prácticas sociales, etc.
En el caso de la cerámica de Quinchamalí, al menos seis generaciones de alfareros se han dedicado a la elaboración de esta cerámica en estas dos pequeñas localidades rurales -de no más de 2.000 habitantes- de la región del Ñuble.
Estos artesanos -en su mayoría mujeres- solicitaron en 2020 al gobierno ingresar a esta lista de la Unesco, cuyo fin es concitar atención y apoyo internacional para resguardar el patrimonio cultural inmaterial cuya viabilidad corre peligro.
Los alfareros piden que se proteja la greda o arcilla con la que elaboran sus obras y que se extrae solo en la época de verano de yacimientos de greda, los que han sido afectados por la llegada de empresas forestales ya que éstas, han explotado los yacimientos plantando árboles de pino y/o eucaliptus, acción que con el tiempo, ha ido contaminando la greda.
Se pidió ingresar a la lista de la Unesco para que el Estado se haga cargo y proteja los recursos naturales que se están viendo afectados por las forestales.
El ingreso a la lista permite acceder a financiamientos del Fondo del Patrimonio Inmaterial de la Unesco para el resguardo. Además, permite el reconocimiento de la comunidad internacional de la elaboración de la cerámica como práctica cultural importante tanto para la comunidad que la lleva a cabo, como para la humanidad en su conjunto.
Para ingresar a la lista, el gobierno chileno presentó un plan estratégico a la Unesco con el fin de generar acciones concretas e integrales que resguarden y potencien el desarrollo esta tradicional artesanía.
En cuatro años debe presentar un informe sobre los avances.