Para entender el conflicto de Ucrania y Rusia
Ucrania es una exrepública de la Unión Soviética ubicada en el este de Europa, de 603.628 km2 y una población de 41.732.779 habitantes, delimita al este y noreste con Rusia. Su capital es la ciudad de Kiev, su idioma oficial es el ucraniano y la religión predominante es el cristianismo ortodoxo. Es una nación clave en contacto con Moscú que no está dentro de la OTAN , la gran alianza de seguridad y poderío militar occidental tras la Guerra Fría.
La importancia de Ucrania es tal, que desde que se declaró independiente en 1991, ha recibido ayuda de Estados Unidos para democratizarse y desarrollar una economía de libre mercado. Recientemente, se ha incrementado el apoyo en armamento y entrenamiento militar.
Más allá de las consecuencias humanitarias desgarradoras que tendrá está guerra, se estima que el conflicto generará una onda expansiva golpeando la economía del mundo, como así también las finanzas de los estadounidenses.
El origen del conflicto: Crimea
Una serie de protestas derrocaron al expresidente ucraniano Viktor Yanukovych, respaldado por Rusia en 2014, y Putin respondió anexando sorpresivamente Crimea, una gran península en el sur de Ucrania. Poco después, separatistas prorrusos declararon la autonomía en las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este ucraniano, y Rusia les dio apoyo económico y militar.
Tras feroces batallas con tanques, artillería pesada y aviones de guerra, el ejército ucraniano fue derrocado y se llegó a un acuerdo de paz en 2015 en la región. Pero el cese al fuego nunca se cumplió: la frontera este de Ucrania tomada por secesionistas prorrusos lleva ocho años de conflicto y ha dejado más de 14,000 muertos.
Ucrania no es miembro de la OTAN, pero su actual presidente, Volodymyr Zelensky, se ha mostrado a favor de la alianza y de llegar a un acuerdo con los separatistas.
Putin exige que se le garantice que Ucrania no entrará a la OTAN, algo que consideraría un avance de Occidente hacia su país y una amenaza a su seguridad. Pero esta demanda no fue aceptada por EE.UU. y países europeos, por lo que Rusia impulsó entonces el avance de su maquinaria militar hacia y dentro del territorio ucraniano.
Putin ha dicho que la operación militar rusa tiene como objetivo la “desmilitarización” de Ucrania, y que a todos los soldados ucranianos que dejen las armas se les permitiría dejar sanos y salvos la zona de combate.