Para entenderlo, primero hay que saber que el oxígeno, al entrar en contacto con ciertos metales como el hierro, oxida a esa sustancia. Todos hemos visto alguna vez un herraje cuando lleva mucho tiempo al aire libre: se pone café. Esto sucede porque el hierro (que nosotros también tenemos en la sangre) entra en contacto con el oxígeno del aire (o que respiramos) y hacen transferencia de electrones. Así, deja de ser hierro y óxido, para convertirse en óxido de hierro.
Esto también es un proceso visible en las frutas: cuando una manzana se pone café si la dejamos partida al aire libre, decimos que “se oxidó”.
Bueno, el estrés oxidativo, entonces, es un proceso natural del envejecimiento. ¿Por qué? Resulta que los seres humanos tenemos unos métodos de defensa que funcionan muy bien cuando somos jóvenes, pero que a medida que nos hacemos viejos, dejan de ser tan efectivos.
Esto es lo que explica que ninguna persona pueda ser inmortal… todos nos morimos, ya sea por una enfermedad, por una accidente o porque el oxígeno tiende a destruir nuestro cuerpo tarde o temprano.
Lo que sucede es que los malos hábitos hacen que nuestro cuerpo más rápidamente se vuelva lento para combatir el estrés oxidativo, lo que hace que nos enfermemos más y envejezcamos más pronto.
¿Qué debemos hacer para prevenir el estrés oxidativo?
El estrés oxidativo se puede combatir manteniendo una dieta muy rica en antioxidantes. Todos los alimentos que sean ricos en vitamina E y vitamina C, como las frutas, las verduras, las legumbres y los cereales, contienen antioxidantes.