La hipertensión arterial es una condición crónica que afecta a un tercio de la población adulta chilena, aumentando el riesgo de sufrir problemas cardiacos y accidentes cerebrovasculares. Para prevenir estas enfermedades, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta balanceada baja en sodio y grasas saturadas, la práctica regular de ejercicio físico, evitar el consumo de tabaco y alcohol, así como mantener un peso corporal adecuado.
Las enfermedades coronarias, como la arterioesclerosis y el infarto agudo de miocardio, son otra preocupación significativa. La dieta juega un papel crucial en su prevención: consumir más frutas, verduras, cereales integrales y pescado, y limitar las grasas trans y el azúcar puede reducir el riesgo. Además, es fundamental controlar los niveles de colesterol y glucosa en sangre, así como mantener una presión arterial adecuada.
En cuanto a las enfermedades cerebrovasculares, como los accidentes cerebrovasculares (ACV), la prevención incluye controlar los factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto. Identificar y tratar precozmente estos factores puede reducir drásticamente la probabilidad de sufrir un ACV.
Para enfrentar estas enfermedades, el sistema de salud chileno promueve campañas de concienciación y programas de detección precoz. La atención primaria juega un rol crucial en la educación sobre hábitos de vida saludables y el control regular de la presión arterial y otros factores de riesgo.
Con estas medidas proactivas, es posible reducir significativamente el impacto de estas enfermedades y mejorar la calidad de vida de la población.