Cocinar con miel: muchas opciones
Te dejamos dos recetas fáciles, una salada y otra dulce para que las integres a tu menú.
Conecta con tu respiración y libera el estrés del día a día.
El objetivo de la respiración consciente es lograr que la atención se centre solo en la respiración y te puedas relajar en momentos de tensión.
1. Respiración para relajarse totalmente
- Respira por la nariz y expulsa el aire por la boca.
- Al exhalar, haz una pausa y espera hasta que el cuerpo de inicio a la siguiente inhalación.
- Repite hasta llegar al punto máximo de inhalación, exhala lentamente el aire por la boca abierta.
- Sin cerrar la boca y con la mandíbula relajada, espera conscientemente hasta que el cuerpo necesite volver a respirar.
- Cada respiración a través de la nariz es lenta y tranquila. Permite que el tiempo entre una y otra respiración sea un momento de relajación total para tu organismo.
2. Respiración para centrar tu mente y eliminar tensiones
- Respira lo más suave y tranquilo posible.
- Mientras que imaginas que tus pulmones son una bandeja llena de cenizas, haz inspiraciones largas y poco profundas por la nariz hacia dentro y hacia fuera. La idea es que respires cuidadosa y suavemente para no levantar ni esparcir las cenizas.
- Imagina que la más mínima tensión podría dispersar las cenizas, así que ¡deja que el cuerpo se relaje!
- Tranquiliza la mente y silencia cualquier pensamiento. Si te agitas, se podrían revolver las cenizas.
- Ahora, haz respiraciones largas y lentas que no produzcan agitación, que generen paz, mientras los ojos se te cierran suavemente.
3. Respiración para estimular la memoria
Si has olvidado algún dato como un nombre, una dirección…¡este ejercicio es el ideal!
- Inhala profundamente y retén el aire. Deja que tu abdomen se relaje y se llene de aire.
- Relaja los hombros para que dejen la tensión y se aflojen.
- Retén el aire todo el tiempo que puedas.
- Suéltalo lentamente y repite este ejercicio tres veces.