¿QUÉ ES LA TEORÍA DE LAS CUATRO ESTACIONES?
Esta teoría considera que cada estación (primavera, verano, otoño e invierno) posee su propia paleta de colores. El cuerpo y los rasgos de cada persona son afines a una paleta de colores determinada. Conociendo la estación más adecuada para ti, se logra descifrar qué tonos de la paleta cromática son los más adecuados para crear un contraste con tu ropa que realce tus facciones.
Para determinar qué estación es más apropiada para cada persona, se escoge define qué tipo de colores sientan bien a cada persona en base a tres variables: la tonalidad de la piel, pelo y ojos. Cada estación tiene asociada una tipología concreta que posteriormente nos ayudará a determinar qué colores son los más adecuados para potenciar tu belleza.
Las mujeres y hombres invierno poseen una tez blanca, beige o rosada. En el lado contrario, también pueden poseer tonos de piel muy oscuros, casi negros.
Su pelo suele ser corto y peinado de forma asimétrica, con colores tan variopintos y extremos como el rubio platino, rojo fuego o un negro azulado. También entran en esta tipología las mujeres y hombres canosos o con castaños muy oscuros. El corte puede ser cuadrado y de melena recta y lisa.
Sus ojos son de color negro, marrón oscuro o azul glacial.
Los colores que favorecen a las personas invierno están en la gama de los fríos: blancos, negros, grises, plateados, azulados, esmeraldas…
Las mujeres y hombres otoño tienen una piel de color cálido, con subtonos amarillos, melocotón y beige.
Su pelo es de color castaño oscuro, cobrizo o pelirrojo, y también rubio dorado. Abarcan toda la gama de los cobres y colores cálidos. Llevan un corte de pelo a capas para darle más movimiento y dinamismo, y también apuestan por los rizos y las ondas: en definitiva, todo lo que les aporte volumen.
Sus ojos son de color marrón oscuro, caramelo, verde hierba, azul cielo y ámbar.
Sus colores ideales son los tonos cálidos suaves: una amplia gama de marrones, verdes, naranjas, beige, crema, bronce, etc. También pueden incluir en su ropa pequeños contrastes con tonos azules turquesas para crear una combinación sin igual.
Las personas que se encuentren en la estación del verano poseen una piel muy clara y un tono uniforme, cercana a los subtonos rosados y melocotones. Tienen unos rasgos faciales muy suaves y aniñados.
Su pelo entra dentro de la gama de los rubios, desde los tonos más claros hasta los cenizas oscuros. Utilizan tintes muy naturales y unas mechas claras que les aporten luminosidad al rostro. Sus ojos son claros igualmente, en tonos azules, grises, verdes y avellanas.
Estas personas se ven favorecidas con el uso de colores suaves y pasteles: azules, rosas, nudes, amarillos claros, lavandas, verdes mint.
Las personas primavera tienen la piel de color un color claro y diáfano, con un ligero brillo ámbar y un rubor rosado en las mejillas. También pueden tener pequeñas pecas.
Su pelo puede ser rubio, tanto claro como oscuro, y también castaño claro. Pueden poseer reflejos y mechas doradas que iluminen su rostro. Sus ojos varían entre los azules (claros y oscuros) verdes y dorados.
Sus colores estrella son los tonos vivos y brillantes: verdes, amarillos, naranjas, rosados… En definitiva, tonos alegres y divertidos que realcen su belleza natural.
Las conclusiones obtenidas con el estudio de la teoría de las cuatro estaciones pueden aplicarse al color de la ropa, al cabello o al maquillaje de una persona. Cuando ya conozcas tu estación y los colores que más te favorecen, puedes probar a combinar prendas en dichos tonos. No te quedes únicamente en el color, puesto que cada estación tiene su propia personalidad diferente: por ejemplo, las personas invierno tienen una estética más arriesgada y atrevida que las personas verano, que se inclinan por prendas vaporosas, ligeras y de colores suaves.
Si quieres darle un toque diferente a tu aspecto, apuesta por incluir tus colores ideales en tu cabello. Si eres una persona primavera, arriésgate y coloca alguna ligera mecha en un tono rosado o rojizo y obtendrás un look de lo más rompedor.
El maquillaje es otra de las partes donde podemos aplicar la teoría de las cuatro estaciones. Juega con los colores de tus sombras de ojos y destaca tu tono de ojos al máximo para obtener una mirada cautivadora.
Es fundamental usar tonos que a nosotras nos gusten y hagan sentir bien; Si es el negro fantástico, si es el rosado espectacular, la clave siempre es usar tonos que vayan de acuerdo a nuestra personalidad y estilo. Acá te enseñamos qué hacer para usar esos tonos que no nos favorecen tanto, pero que nos encantan!
Los colores emiten luces propias de su tono, y cuando van cerca de la cara es importante emitan la luz correcta para nuestro colorido de piel, cabello y ojos.
A cada colorido le corresponde una paleta de aproximadamente 30 colores que le sientan a la perfección. Estos colores te pueden hacer ver la piel más luminosa, pareja y radiante, incluso verte más joven!. Suena a magia, pero lo puedes comprobar tu misma en casa. ¡Así que anímate a hacer la prueba!
En cambio cuando usamos colores que no nos favorecen, nuestra piel se ve opaca, se marcan ojeras, líneas de expresión y bozo, e incluso tus dientes tienden a verse de un tono más amarillento. Por eso es fundamental que cuando compres ropa, en especial para partes de arriba como tops, chaquetas, pañuelos, etc, éstos sean de tu paleta cromática. Lo mismo pasa con los accesorios, también hay colores y tonos que nos resaltan mejor que otros.
Antes que todo debes saber si eres de piel cálida o piel fría. Estos son los 2 tipos de piel que existen. En el análisis de color siempre debe hacerse bajo luz natural y sin maquillaje. Observa tu piel sin maquillar primero, luego mira el color de las venas del antebrazo, tu color de pelo natural y por último el color de ojos.
Vamos por lo primero.
Te invito a conocer tu tipo de piel:
Debes tener a mano algo dorado y algo plateado, idealmente un pedazo de tela. También puede ser una tela naranja que reemplaza a la dorada y otra fucsia que simula el color plata.
Debes ubicarlas cerca de tu rostro, de preferencia sin maquillaje ni accesorios y con luz natural e identifica qué efecto genera en tu rostro cada uno. Juega moviéndolos para que emitan las luces propias de su color en tu cara.
Si tienes piel cálida, el paño dorado es el que mejor te va a quedar. Eso significa que tu piel se verá más pareja, suavizará las líneas de expresión y ojeras. El plateado en cambio opaca tu piel, marca ojeras y bozo, dejando en evidencia manchas o dando como resultado un tono más opaco en la cara.
Si eres de piel fría, el paño plateado será el que mejor te va a quedar, provocando el efecto en tu rostro de iluminar y emparejar. El dorado en cambio, marcará rojeces o dará un tono no tan adecuado a tu piel.
Si sientes que ambos tonos te quedan por igual y no evidencias ninguna diferencia de seguro tu tono de piel será neutro y esto significa que podrás utilizar la gran mayoría de colores sin problema!