El 12 de febrero de este año, se cumplieron 483 años de la fundación de Santiago, un hecho clave en la historia de nuestro país y en el proceso de colonización española en Chile, ya que desde la capital se iniciaron una serie de expediciones que dieron vida a otras ciudades.
Pedro de Valdivia se asentó en el Valle del Río Mapocho el 12 de febrero de 1541 debido a la gran cantidad de población indígena que habitaba la zona, la cual, él consideraba que se debía a la calidad agrícola de las tierras. Fue en este día cuando el exgobernador de Chile fundó la ciudad de Santiago.
A través de la conformación de un cabildo, que era la institución española en la cual los vecinos se organizaban para administrar la ciudad, los colonos construyeron los cimientos de Santiago de Nueva Extremadura, nombrada así en primera instancia debido a que Pedro de Valdivia era oriundo de Extremadura, España, y Santiago en honor al apóstol que también es patrón del país ibérico.
Se conserva el primer tomo de las actas del Cabildo de Santiago, resguardado por el Archivo Nacional Histórico, que hasta la fecha se considera la fuente manuscrita más antigua de nuestro país. Sin embargo, este documento debió ser reescrito tras los ataques del cacique Michimalonco el 11 de septiembre de 1541, los cuales casi pusieron en peligro la planificación de la corona española en su proceso de colonización.
“Transcurridos 10 años de su fundación, Santiago logró consolidar su posición gracias a que la habilitación de un puerto en la bahía de Valparaíso le permitió recibir, con mayor frecuencia, refuerzos y provisiones desde el Perú, mientras que, como consecuencia del afianzamiento de la ocupación hispana en las cuencas de Aconcagua, Maipo y Cachapoal, el enfrentamiento con los indígenas se trasladó varios kilómetros hacia el sur.
Según una investigación publicada por Radio Bíobio, del investigador y director del programa Rutas de Nuestra Geografía Sagrada, Alexis López Tapia, se revela que Santiago fue fundada el 24 de febrero y el 12 de febrero se levanta el acta.
“No obstante, si nuestras actuales autoridades desean seguir celebrando la escritura del “Acta de Fundación de Santiago”, el día 12 de Febrero, están en todo su derecho, aunque debieran notar que el acta de fundación original de 1541, fue declarada nula el 12 de Abril de 1546. En otras palabras, el 12 de febrero se ha venido celebrando un mero Acto Administrativo, que hace 470 años fue declarado insalvablemente Nulo”, comentó López.
Compartimos 5 distintos momentos de la historia de Santiago:
1. Sangrienta fundación
En diciembre de 1540 llegó a tierras chilenas Pedro de Valdivia acompañado de 150 españoles y un grupo de indígenas a su servicio. Meses después, un terreno que desembocada en los pies del cerro Huelén (ahora Santa Lucía) llamó su atención por su tierra fértil, su clima agradable y su lejanía respecto a El Perú.
El nombre Santiago rinde homenaje el Apóstol Santiago, «santo a cuya protección Valdivia se encomendó para la travesía y patrono de su país de origen», afirma el Museo Histórico Nacional de Chile.
Meses después de la fundación del naciente Santiago, el cacique Michimalonco, con el fin de interrumpir el proceso de asentamiento hispano atacó la ciudad, quemando los ranchos de paja. No pudiendo abandonar las trincheras, los soldados españoles comenzaron a rendirse ante el cansancio y las heridas provocadas por las piedras y flechas que los mapuche lanzaban.
La pelea que comenzó a las 4 de la mañana y se extendió por más de 12 horas vio la victoria de los españoles cuando Inés de Suárez, conquistadora hispana, tuvo la idea de sembrar el pánico entre los mapuche decapitando y lanzando a los mapuches las cabezas de los prisioneros del enfrentamiento.
2. Terremoto con mil muertos (1647)
Uno de los terremotos de la etapa colonial de los que hay más registros es el que azotó a Santiago el 13 de mayo de 1647.
«Un repentino remezon que se prolongó durante algunos minutos sacudió la tierra con una violencia extraordinaria, conmovió todos los edificios y en pocos instantes derribaba con un estruendo aterrador los templos y las casas, formando por todas partes montones de ruinas» se detalla en una crónica de la época.
Fueron más de 1.000 los muertos en el terremoto que trajo consigo no solo derrumbes, sino que también pestes y hambruna.
En un Santiago marcado por la religiosidad, llamó la atención lo sucedido con la estatua del Cristo de Mayo en la Iglesia de los Hermanos Agustinos; gracias a los movimientos provocados por el terremoto, la corona de espínas de la estatuilla que representa a Jesucristo se deslizó hacia su garganta, lugar del que fue imposible sacarla para posicionarla de vuelta sobre su cabeza.
El terremoto y sus consecuencias tanto físicas como espirituales fueron relatadas de tal manera que los registros a menudo hacen nexos entre la muerte y la religión.
«Entre las ruinas quedaban sepultados millares de individuos, muertos unos, heridos y estropeados los otros, lanzando estos últimos gritos desgarradores para pedir socorro o para implorar del cielo el perdón de sus culpas», se lee sobre la destrucción de Santiago.
3. Acuña primera moneda chilena en 1743
Bajo antecedentes como la poca circulación de dinero en Chile y la necesidad de ejemplares propios, se crea el 1 de octubre 1743 la Casa de Moneda.
Luego de sugerencias de Francisco García de Huidobro, la institución fue abierta en Santiago bajo mando directo del rey Felipe V, gracias al envío a Chile de una Real Cédula que aprobaba la creación del ente.
En 1749 salió el primer ejemplar de moneda chilena, 4 escudos de peso grabados junto a la cara de Fernando VI en media onza de oro.
4. 2.000 muertos en iglesia en 1863
Una nueva catástrofe masiva azotaba la religiosidad chilena el 8 de diciembre de 1963 en la céntrica Iglesia de la Compañía de Jesús, uno de los edificios más concurridos por la sociedad chilena de la época.
Aquel día más de 2 mil personas, en su mayoría mujeres, se reunieron a la conmemoración de la Concepción Inmaculada de María Santísima.
A eso de las cuatro de la tarde, producto de un incendio cuyos motivos nunca se esclarecieron, empezó uno de los horrores más grandes que se ha visto en la historia de la ciudad.
Las decoraciones de la iglesia, todos de material inflamable, no tardaron en esparcir el fuego que en cuestión de minutos se apoderó de la iglesia. Las dos mil personas allí presentes intentaron salir por las puertas que solo se abrían hacia adentro,y la presión de los grandes grupos terminó por sellar las salidas.
Según registros de la época, una de cada 27 mujeres de Santiago murió en la tragedia.
«Cuerpo sobre cuerpo, se formaba una muralla compacta y numerosa. Había mujeres que resistían el peso de diez o doce, otras tendidas encima, a lo largo, a lo atravesado, en todas direcciones. Era materialmente imposible desprender una persona de esa masa compacta y horripilante. Los más desgarradores lamentos se oían del interior de la iglesia», informaba El Ferrocarril el 9 de diciembre.
Como era prácticamente imposible y un peligro sanitario identificar los cuerpos, los entierros tardaron cuatro días, y las víctimas fueron sepultadas en una fosa común. Informa Memoria Chilena que el esfuerzo fue de «146 carretones llenos de cadáveres rociados de cal que abarrotaron la fosa cavada por más de 200 hombres».
5. Mundial de Fútbol en 1962
«¡Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo!» fue la frase con la que Carlos Dittborn, representante chileno ante la FIFA, convenció al mundo de que Chile era el país merecedor de prestar su casa para la realización del Mundial de Futbol de 1962. La competencia directa en ese entonces era Argentina, cuyo representante argumentó la capacidad del país vecino de «hacer el Mundial mañana mismo».
Con más de 30 votos a favor, se definió en 1956 que Chile por primera vez recibiría a las hinchadas de todo el mundo.
Los planes se vieron estorbados por el mega terremoto grado 9 de 1960, que redirigió el foco del recientemente electo Jorge Alessandri a los damnificados y la reconstrucción de Valdivia.
A pesar de lo acontecido, el gobierno manifestó el interés de realizar el evento de todas las formas, cerrando el trato que llevaría la atención mundial a Santiago, Arica, Viña Del Mar y Rancagua.
Fue en un repleto Estadio Nacional donde Chile obtuvo el tercer lugar luego de vencer a la entonces Yugoslavia, mientras que el primero se lo llevó Brasil, seguido por Checoslovaquia.
El evento se realizó entre el 30 de mayo y el 17 de junio de 1962 y, por primera vez, la televisión cumplía un rol masivo al transmitir los partidos para la población.
El evento marcó para siempre la cultura futbolera chilena y fue una oportunidad para superar la tragedia del terremoto que dejó más de 1600 muertos.