El omega 3 puede ayudar a reducir la inflamación en todo el cuerpo y prevenir ciertas enfermedades del corazón y cerebro. Esto es todo lo que debes saber sobre este nutriente.
Entre todos los nutrientes que benefician a nuestra salud, destaca el omega 3, un ácido graso que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Ayudan al corazón, al cerebro, al estómago y, en general, a todos nuestros órganos.
Y aunque existen suplementos, la alimentación sana juega un rol fundamental para poder cumplir nuestros niveles diarios de omega 3 y, de esta manera, aprovechar todos sus beneficios.
Según Medline Plus, el omega 3 es necesario “para fortalecer las neuronas, ayudar a mantener el corazón sano y protegido contra un accidente cerebrovascular, y también en caso de padecer alguna enfermedad cardiovascular”.
Este nutriente es un ácido graso esencial que nuestro organismo no produce por sí solo, por lo que es fundamental obtenerlo a través de lo que consumimos.
Y es que cumple el importante papel de “reducir la inflamación en todo el cuerpo”, ya que esta puede llegar a dañar los vasos sanguíneos y provocar enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, escribieron desde MayoClinic.
En general, los beneficios del omega 3 se pueden resumir en los siguientes puntos:
1. Reduce los triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre.
2. Disminuye el riesgo de desarrollar latidos cardíacos irregulares o arritmias.
3. Evita la acumulación de placa, una sustancia que comprende grasa, colesterol y calcio, que endurece y bloquea las arterias.
4. Ayuda a bajar la presión arterial.
Además, algunos estudios han demostrado que el omega 3 puede ayudar en los tratamientos del cáncer, depresión, inflamación y trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA).
Aunque siempre puedes comprar un suplemento (ojalá indicado por un médico para conocer las porciones sugeridas para cada persona), el omega 3 está presente en una variedad de alimentos. Entre ellos destacan:
1. Pescados.
2. Mariscos.
3. Semillas de linaza molidas y aceite de linaza.
4. Nueces.
5. Semillas de chía.
6. Aceite de canola y aceite de soja, soya y tofu.