Calcio: Este mineral es fundamental para la formación y mantenimiento de huesos y dientes fuertes. Además, participa en la coagulación sanguínea y en la contracción muscular. Fuentes incluyen:
1. Leche y productos lácteos (queso, yoghurt)
2. Brócoli
3. Almendras
Hierro: Es esencial para la producción de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre. La deficiencia de hierro puede llevar a la anemia. Fuentes ricas son:
1. Carne roja (ternera, cordero)
2. Espinacas
3. Lentejas
Magnesio: Participa en más de 300 reacciones enzimáticas en el cuerpo, incluyendo la producción de energía y la función muscular. Se encuentra en:
1. Nueces
2. Espinacas
3. Chocolate negro
Potasio: Es crucial para el equilibrio de fluidos, la función muscular y la salud del corazón. Algunas fuentes dietéticas son:
1. Plátanos
2. Papas
3. Paltas
Fósforo: Importante para la generación de energía celular. Se encuentra en:
1. Productos lácteos
2. Carne de res y aves
3. Semillas de calabaza
Zinc: Esencial para el sistema inmunológico, la cicatrización de heridas y el metabolismo de proteínas y ADN. Fuentes incluyen:
1. Ostras
2. Carne de cerdo
3. Garbanzos
Asegurar una ingesta equilibrada de estos minerales a través de una dieta variada es fundamental para mantener la salud y prevenir deficiencias que puedan afectar el bienestar a largo plazo. Integrar estos alimentos en tu dieta diaria te ayudará a asegurar que estás obteniendo los nutrientes esenciales que tu cuerpo necesita para funcionar de manera óptima.