La escritura terapéutica es el ejercicio de poner en palabras lo que sentimos como una manera de hacer catarsis y dejar constancia de experiencias vividas de las que, a veces, nos cuesta hablar. Cuando escribimos, aunque nadie vaya a leernos, una cierta parte de lo que sentimos se desprende de nosotros y queda plasmado en un papel para darnos la oportunidad de observar esa situación o emoción particular, con otra perspectiva. La escritura terapéutica nos libera, nos aligera la carga.
Muchos de los libros que conocemos, que hemos leído o de los que hemos escuchado hablar, son ejemplos de escritura terapéutica, pues los mismos autores y escritores de renombre, los han escrito para narrar un evento traumático o hacer una crítica social, en un intento de salvarse ellos y ayudar a salvar a otros.
Las palabras tienen un poder curativo y liberador que nos permite conocernos, entendernos y aceptarnos como el auténtico ser humano que somos. Con nuestra historia, nuestras cargas, nuestras culpas, nuestras victorias y derrotas, y con todo el universo interior que es cada uno.
En estos momentos de estar en casa puede ser normal hacernos preguntas, sentir angustia o ansiedad; las ganas de abrazar a los nuestros y decirles cuánto los queremos se limita a las pantallas y nos vamos llenando de emociones y sentimientos que pueden desbordarnos. Las cartas, los diarios y las memorias son herramientas útiles –y necesarias- para ayudarnos a asimilar todo lo que ocurre.
Si es tu caso y necesitas una ayuda extra aquí encontrarás 5 ejercicios de escritura terapéutica que te ayudarán a liberar tensión y a empezar a sanar asuntos sin resolver.
¿Quién eres?
¿Cuál es tu origen?
¿Qué quieres ser?
¿En qué crees?
¿Qué conoces?
¿Ante qué cosa no has sido capaz de rebelarte?
¿En qué te has equivocado?
¿Qué supones?
¿De qué careces?
¿Qué te gusta?
¿Qué te duele?
¿Qué te faltó por decirle a esa persona en la que piensas?
Puedes agregar más preguntas y respondes solo con las que te sientas cómodo. No te obligues a responderlas todas como haciendo un examen. Deja que tus pensamientos fluyan para que las respuestas vayan apareciendo naturalmente.
2. Ejercicio de una situación narrada desde otra perspectiva:
3. Ejercicio de ficción: piensa en algún sentimiento que te embargó en alguna situación puntual. Escríbelo en letras grandes, ejemplo: ANGUSTIA. Luego, piensa en la reacción que tuviste a ese sentimiento. Ejemplo: sentí angustia y empecé a gritar. Elige una reacción diferente a ella y descríbela.
4. Ejercicio de descripción de un sentimiento: piensa en un sentimiento y escribe al respecto. Ejemplo: Nostalgia. Hazlo en primera, segunda o tercera personas, no importa si lo pones en voz de un personaje o escribes como si fueras tu mismo. A manera de diario, de cuento, de poesía o simplemente de texto informativo. Desglosa ese sentimiento hasta su esencia.
5. Cartas: ¿Tienes algo pendiente por decirle a alguien? ¿Te guardaste algún pensamiento o palabra respecto a alguna situación? Las cartas son una herramienta súper poderosa para desahogarnos y expresar lo que sentimos como si se lo estuviéramos diciendo a alguien directamente. No hay que entregárselas a nadie, el simple hecho de escribirlas nos liberará de tensión y angustias que solemos cargar. Escribe las cartas que quieras. Incluso pueden ser a manera de diario. Guárdalas en un cajón o quémalas en una fogata en un acto simbólico de aprender a dejar ir.
Descarga el PDF de los 5 ejercicios de escritura terapéutica y envíaselo a tus seres queridos.