Existen muchos motivos por los que las personas deciden escribir acerca de sus vidas, como el deseo por dejarles un recuerdo a sus hijos y futuras generaciones, crear un registro para sí mismas para recordar sus aventuras durante la juventud cuando sean demasiado grandes y tengan problemas de memoria, y para ofrecerle algo valioso al resto del mundo. Escribir una memoria es un proceso muy personal, pero si estás dispuesto a compartir la historia de tu vida, puede ser muy gratificante.
1. Comprende el género de las memorias. En este tipo de trabajo, serás el protagonista de tu historia. Muchos autores de este género utilizan los hechos de su historia de vida para crear una narración interesante para el lector. Dado que dependerás de tus propios recuerdos como fuente de material para la historia, es posible que termines describiendo las cosas un poco distinto a la versión que recuerden los demás. El objetivo es que escribas todo tal como lo recuerdes y con la mayor sinceridad posible. Ten en cuenta que las memorias son distintas a las autobiografías en el sentido de que las primeras solo abarcan ciertos aspectos clave de tu vida, no tu vida desde el nacimiento hasta el presente.
· Por lo general, los escritores de este género tienen dificultades para comenzar la historia de su vida y no saben bien por dónde comenzar. Dependiendo de tu historia de vida, quizás puedas hablar con otros familiares para conocer los detalles de un recuerdo o acontecimiento de tu infancia. Sin embargo, es importante que también te enfoques en tus experiencias personales y recuerdos de los momentos o memorias de tu infancia, por más que sean imperfectos. Con frecuencia, los mejores recuerdos tienen que ver con el proceso de recordar un hecho o con procesar un momento en el pasado que has considerado importante.
2. Lee ejemplos de una memoria. Existen varios ejemplos buenos de memorias, y algunas de ellas se consideran clásicos del género:
· Habla, memoria de Vladimir Nabokov. Nabokov es un prestigioso escritor de ficción, pero uno de sus trabajos más célebres es su memoria de su infancia en Rusia. El libro es un buen ejemplo del uso de la prosa literaria y narración magistral para compartir una historia personal.
· El año del pensamiento mágico de Joan Didion. Su memoria se enfoca en la muerte repentina de su marido y la muerte de su hija adulta unos meses después. Este es un gran ejemplo del uso de la memoria para informar el presente que, para Didion, está teñido de un dolor extremo y una sensación de mortalidad.
· Maus de Art Spiegelman. Este es un libro de historietas que utiliza a los animales para contar los recuerdos del padre de Spiegelman al estar preso en un campo de concentración durante el Holocausto. A través del uso de los animales, la memoria se siente mucho más universal y cercana.
· La mujer guerrera de Maxine Hong Kingston. Se trata de la memoria de Kigston al crecer como inmigrante china en California y combina mitos, leyendas y recuerdos. Este es otro buen ejemplo del uso de distintos estilos de escritura y abordajes para escribir acerca de tu propia vida.
3. Analiza los ejemplos. Escoge uno o dos ejemplos, y léelos detenidamente. Hazte las siguientes preguntas:
· ¿Por qué el autor ha escogido destacar ciertos eventos de su vida en la memoria? Evalúa por qué ha escogido cierta parte de su infancia o acontecimiento específico en su vida como punto central del libro. Por ejemplo, el libro El año del pensamiento mágico de Didion se enfoca en las muertes recientes de su esposo y su hija, mientras que Habla, memoria de Nabokov se enfoca en su niñez en Rusia. Un acontecimiento pertenece al pasado reciente, mientras que el otro pertenece al pasado lejano. Sin embargo, ambos hechos tienen un efecto muy fuerte y posiblemente traumático en los escritores.
· ¿Cuáles han sido los deseos del narrador en su memoria? ¿Qué lo ha motivado a compartir esta historia particular con el lector? Con frecuencia, las memorias pueden ser una forma de catarsis para los escritores. Quizás necesiten procesar un año de sufrimiento y pérdida (como Didion en El año del pensamiento mágico) o tal vez quieran escribir su infancia en un campo de concentración (como Spiegelman en su memoria Maus). Analiza las motivaciones del escritor para escribir su historia y compartirla con los lectores.
· ¿Cómo es que la memoria cautiva y atrae a los lectores? Las mejores memorias son sinceras y determinadas con detalles o admisiones que el escritor podría tener miedo a hacer. Quizás escriba de una forma que suene verdadera, llena de momentos que podrían hacer que el escritor no luzca bien o en conflicto. Sin embargo, los lectores generalmente responden bien a la vulnerabilidad en una memoria, y un escritor no tendrá miedo de describir sus fallas junto con sus éxitos.
· ¿Te sientes satisfecho con el final de la memoria? ¿Por qué sí? ¿Por qué no? A diferencia de una autobiografía, una memoria no debe tener una estructura lineal de inicio, parte media y final. Por lo general, las memorias terminan sin conclusiones firmes o momentos de final de vida. En cambio, pueden terminar con pensamientos relacionados con un tema recurrente durante todo el libro, con reflexiones acerca del acontecimiento crucial o momento en la vida del escritor.
1. Identifica el deseo central del narrador. En tu memoria, el narrador serás tú. Tendrás que utilizar la primera persona (“yo”) para guiar al lector durante toda la historia. Sin embargo, es importante que enfoques la memoria en una necesidad específica o deseo. Es tu voluntad la que venderá la trama y hará que otros quieran leer sobre tu vida. Tómate un tiempo para pensar en tu deseo central o lo que motiva al narrador a hablar sobre su propia vida. El narrador debe esforzarse por cumplir este deseo a lo largo de la historia, llegando finalmente a la comprensión sobre un momento importante en su historia.
· Resume el deseo de tu narrador en una oración. Por ejemplo, puedes escribir "Quiero entender la decisión de mi madre de mudar nuestra familia a Estados Unidos", "Quiero trabajar en mi salud mental después de una experiencia con la muerte" o "Quiero explorar mis experiencias como piloto durante la Segunda Guerra Mundial".
· Sé específico con la línea de deseo y evita las afirmaciones poco claras. Tu deseo puede cambiar a medida que escribes la memoria, pero es bueno tenerlo en mente antes de comenzar a escribir.
2. Determina las acciones clave y los obstáculos en tu historia. Una vez que tengas una idea del deseo o lo que quieres explorar en tu memoria, podrás identificar las acciones y los obstáculos que el narrador deberá superar para alcanzar su objetivo. Los obstáculos y desafíos harán que la historia sea más emocionante y motivarán al lector a seguir pasando las páginas. Eres responsable de la acción de tu historia y, para ser interesante, es esencial que una trama esté impulsada por la acción.
· Describe las acciones y obstáculos en oraciones cortas, tales como “Para cumplir mi deseo central, hice esto. Pero entonces, apareció un obstáculo delante de mí. Así que lo hice para superar este obstáculo”.
· Por ejemplo, puedes escribir “Para comprender los motivos por los que mi madre ha mudado mi familia a Estados Unidos, intenté localizar a su familia en Polonia. Sin embargo, no pude encontrar a la familia de mi madre debido a la falta de registros y la pérdida de contacto con ella. Entonces viajé a Polonia para comprender mejor a mi madre y su familia”.
3. Resume los incidentes incitantes y finales. Es común que los escritores tengan dificultades para comenzar una historia. El problema puede ser aún mayor con las memorias, donde los autores tienen que elegir entre numerosos detalles y escenas con los que puedas comenzar o sientas que son importantes. Una forma de comenzar es identificar el incidente incitante y final. Tendrás que dramatizar estos incidentes a lo largo del libro.
· El incidente incitante es el momento crucial de la historia donde descubres tu deseo. Puede ser aparentemente un momento sin importancia, como una pelea con tu madre que se ha convertido en un gran evento o un incidente motivador. Por ejemplo, quizás la pelea ha sido la última vez que has hablado con tu madre antes de que ella muriera, dejando atrás cartas sobre su vida en Polonia. Piensa en el momento en que finalmente has entendido lo que quieres en la vida o cuando te has dado cuenta de que estabas equivocado acerca de un evento específico.
· El incidente final es el momento en que el narrador alcanza su deseo central. También te ayudará a encontrar un final para el libro. Este podría ser, por ejemplo, el momento en que has entendido por qué tu madre decidió abandonar su país de origen.
4. Haz un borrador de la trama. Por más que escribas una memoria, debes seguir los principios de la ficción (como la trama) para darle forma a la historia y facilitar la organización del material de investigación de una manera interesante y atractiva para el lector. La trama es lo que sucede en la historia y en qué orden. Para que haya una historia, algo debe cambiar o moverse fuera de lugar. Algo (o alguien) debe moverse del punto A al punto B debido a un evento físico, una decisión, un cambio en una relación o una transformación de carácter y personalidad. La trama debe incluir lo siguiente:
5. Lleva a cabo una investigación básica. Dependiendo de tu historia, quizás necesites hacer una investigación profunda de cierto tema, como los pilotos aéreos de la Segunda Guerra Mundial o la vida en un campo de refugiados en Polonia. Sin embargo, no busques demasiada información antes de comenzar tu propio borrador para no sentirte abrumado con la cantidad de datos que encuentres durante la búsqueda y comiences a olvidar los hechos personales. Recuerda que tu memoria debe enfocarse en tus recuerdos de los hechos, en vez de estar puramente basada en hechos o ser precisa por completo.
· Puedes llevar a cabo una búsqueda en línea y recurrir a las bibliotecas, las oficinas de archivos y registros, los periódicos y el microfilm.
· También puedes entrevistar “testigos de los eventos”. Habla con personas que hayan asistido a un evento en particular para obtener información. Tendrás que seguir pistas, entrevistar a personas, transcribir las entrevistas y leer materiales muy extensos.
1. Haz un cronograma de escritura. Esto te ayudará a determinar cuánto tiempo te tomará escribir un borrador. Si tienes una fecha límite, establece un horario más apretado que si pudieras darte el lujo de contar con más tiempo para escribir.
· Organiza tu cronograma en función del número de páginas o palabras. Si puedes escribir alrededor de 750 palabras por hora, tenlo en cuenta al armar tu cronograma. Si puedes escribir dos páginas por hora, utiliza este número como una estimación.
· Piensa cuánto tiempo te tomará, en promedio, escribir una cierta cantidad de palabras o páginas por día. Si tienes en mente un conteo final, como 50 000 palabras o 200 páginas, evalúa cuántas horas a la semana tendrás que escribir para alcanzar tu meta.
2. Escribe una primera versión. Quizás te sientas presionado para volver a escribir cada oración que escribas en el papel varias veces. Sin embargo, parte de escribir una memoria es dar una explicación sincera de un evento importante con tus propias palabras y estilo. Evita ponerte una máscara de "escritor". No tengas miedo de escribir de la forma en que hablas, con toda la jerga y el regionalismo. El objetivo es que la historia suene como si saliera de tu boca.
· Utiliza el esquema de la trama para tener una idea general de hacia dónde se dirige la historia. Sin embargo, siéntete libre de explorar algunas escenas en esta primera versión. No te preocupes por hacer que todo sea perfecto. En cambio, usa la memoria para dar vida a tu propia verdad interior.
3. Evita la voz pasiva. El uso de la voz pasiva hará que el texto suene largo y aburrido. Busca señales de la voz pasiva al hacer un círculo en todos los verbos “es”, “ha sido” y otros verbos pasivos como “ha comenzado”, “ha tenido” y “ha parecido” en el manuscrito.
· Utiliza un corrector gramatical o una aplicación específica para contar la cantidad de oraciones pasivas en tu trabajo. Intenta mantenerte entre un 2 y un 4 % como máximo.
4. Utiliza un lenguaje informal, a menos que necesites usar términos formales. En lugar de "utilizar", escribe "usar". Mantén un lenguaje simple con palabras de una o dos sílabas. Cambia a un lenguaje más formal solo cuando necesites usar términos científicos o describir un proceso técnico. Incluso en estos casos, no olvides que escribes para un lector promedio.
· Quizás te resulte útil identificar el nivel de comprensión de lectura de tu lector ideal. Para ello, identifica su nivel de educación. Si escribes para personas que no han completado sus estudios secundarios o primarios, utiliza un vocabulario más sencillo. Si te diriges a una audiencia más instruida, puedes utilizar una redacción más compleja. Existen varios sitios web y aplicaciones que pueden ayudarte a determinar qué tan compleja es tu escritura.
5. Muestra, no cuentes. Para que tu lector se involucre más, siempre trata de mostrarle las acciones y escenas de la historia en lugar de simplemente contarlas. Por ejemplo, escribe una escena que muestre cómo has encontrado las cartas que tu madre recibió de parientes polacos después de su muerte. Esto le dará al lector la información que necesita para seguir leyendo, sin tener que escribir un pasaje largo y sin acción.
6. Lee el manuscrito en voz alta. Busca algunos oyentes dispuestos (amigos, colegas, grupo de escritura) y lee las secciones del manuscrito en voz alta. Un libro bien escrito llama la atención de los lectores como oyentes, con detalles y descripciones que pueden crear imágenes realistas y una narrativa fuerte.
· No intentes impresionar a los oyentes ni cambiar tu tono de voz. Leer de forma natural, sin prisa. Después de terminar, pregúntales a los oyentes qué opinan. Toma nota si señalan pasajes confusos o poco claros.
7. Revisa el manuscrito. Si quieres enviar tu memoria a una editorial, primero tendrás que editar el manuscrito. En algunos casos, es mejor contratar a un editor profesional para revisar el trabajo en búsqueda de errores comunes.
· No tengas miedo de recortar al menos el 20 % del material. Es posible que puedas deshacerte de ciertas partes que puedan parecer demasiado extensas y hacer que el lector pierda el interés. No tengas miedo de eliminar algunas secciones de los capítulos páginas que obstaculicen la lectura.
· Determina si cada escena del libro utiliza el poder de los sentidos. ¿Utilizas al menos uno de los sentidos del lector en cada escena? Hacer que la narrativa sea más vívida a través de los sentidos (gusto, tacto, olfato, vista y oído) es un truco que pueden usar tanto los escritores de ficción como los de no ficción para mantener el interés del lector.
· Revisa la línea de tiempo del libro. ¿Has respetado el deseo durante todo el libro hasta el final? ¿El final les brinda a los lectores una sensación de cierre o logro?
· A nivel de oración, revisa las transiciones entre los párrafos. ¿Son fluidos o irregulares? Busca cualquier adverbio o términos que hayas utilizado demasiado, y reemplázalos para que las oraciones no suenen redundantes.