Cada noche, los participantes hombres y mujeres entre 60 y 85 años y sin problemas de memoria, utilizaban un difusor con aceites esenciales, que se activaba durante dos horas mientras dormían.
Los olores que ocuparon en la investigación fueron:
Después de una toma de imágenes, se pudo comprobar que con el uso de los aromas existía una mayor integridad de la vía cerebral que conecta con la zona donde se toman, entre otras funciones, las decisiones.
Además, los adultos mayores aseguraron que pudieron dormir más profundamente, lo cual es esencial para prevenir distintas enfermedades.
“El sentido del olfato tiene el privilegio especial de estar directamente conectado con los circuitos cerebrales de la memoria”, aseguró el profesor de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria e investigador del estudio, Michael Yassa.